De vez en cuando echo un vistazo a los diarios de mi tierra, hoy en concreto me ha llamado mucho la atención un artículo que se publica en Ideal.es, que lleva por título el mismo que he copiado en esta entrada.
También he leído los comentarios de personas que, interesadas en Jaén, escriben de nuevo más de lo mismo: "Jaén, un Paraíso descuidado".
Los que muchos llamamos "Mentes pensantes", no dan con la tecla, no por nada en particular, sino por ese mal que afecta a este país, el politiquéo y el enchufismo y el "por mi primero".
Actualmente no resido en Jaén, pero llevo muchos, muchos años escuchando lo mismo de personas que van a visitarla y vuelven decepcionados, extrañados y hablando tristes de un lugar que pudiera ser bonito, atractivo y que no ofrece demasiado al visitante. Efectivamente para una ciudad con un tejido industrial que deja mucho que desear, el turismo podría ser un respiro y alternativa, pero lamentándolo mucho, no tenemos "Mentes pensantes" que activen ese sector.
Desde chico he escuchado que en Jaén, llega un "listo", deja su "cagada", pone el cazo y se marcha, dejándo a los jiennenses con un palmo de narices preguntándose qué ha ocurrido y con bastante dinero de menos en las arcas. Algunas de estas cagadas se fueron bautizadas en plan de sorna como aquella que era "La Lanzadera" cerca del ferial.
Una cosa que no me quiero dejar en el tintero es La Plaza de Santa María... el alma se me calló al suelo cuando la vi. ¿Qué le habían hecho los tranquilos habitantes de Jaén a ese "arquitecto" para eliminar de cuajo una plaza con tanto encanto?, de un plumazo se cargó la vida de esos abuelitos que tranquilos descansaban en las sombras, las familias que jugaban con sus pequeños... para admirar la catedral!!!! Ojo, esa ha sido la excusa. Invito que a las tres de la tarde aposente su trasero en pleno agosto para admirar la catedral en ese "solar" que ha diseñado. La vida de la gente de un lugar no está reñida con el progreso, pero debería estar prohibido no consultar al pueblo antes de asesinar un lugar con encanto como "era" la Plaza de Santa María.
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